domingo, 15 de febrero de 2015

La Guerra de Cuba


La Guerra de la Independencia de Cuba (1895-1898) supuso la pérdida de las últimas colonias del imperio español en América y generó una profunda crisis social, política y cultural en nuestro país. Fue el lógico colofón a la desgraciada historia del XIX español, un siglo de oportunidades perdidas en el tránsito de España hacia la modernidad. Pero, como en todas las guerras, la peor consecuencia fue la sangría de vidas humanas. En la de Cuba hubo alrededor de 300.000 muertos, 50.000 de ellos españoles, en su mayoría jóvenes reclutados por todos los rincones de España.

Buscando en la hemeroteca de El Diario de Huesca he podido encontrar los nombres de algunos soldados originarios de Palo que fallecieron en dicho conflicto.



El 1 de octubre de 1896 murió en Sagua la Grande, Salvador Sin Bestué, del batallón de Mérida, a consecuencia de la enfermedad del vómito negro (así se llamaba en la época a la fiebre amarilla). En 1898 le fue reconocida a sus padres, Antonio Sin Mur y María Bestué Solanilla, una pensión de 182,50 pesetas anuales.

El 12 de diciembre de 1897 falleció en La Habana, también de fiebre amarilla, Antonio Calero Lecina. Creo que puede haber un error en la publicación del primer apellido del soldado, ya que en el censo de 1890 no hay en Palo ningún vecino apellidado Calero. Es probable que el apellido correcto fuera Cabrero o Cavero.

También murió en Cuba Victoriano Garcés Brualla, aunque desconozco la fecha y la causa. Sus padres, Ramón Garcés Bestué y Josefa Brualla comenzaron a cobrar una pensión compensatoria por su muerte a partir de abril de 1900.

Mejor suerte tuvo Antonio Cavero, del 47 Tercio de la Guardia Civil, que fue repatriado para ser ingresado el 20 de diciembre de 1898 en el sanatorio de la Cruz Roja de Huesca.


Desconozco si, además de los citados, hubo algún palense más entre las víctimas de la Guerra de Cuba. Vaya desde aquí mi modesto homenaje a todas las víctimas del sinsentido de la guerra, sea cual sea el lugar y el momento de la misma.

domingo, 1 de febrero de 2015

La antigua ermita de San Salvador

Actualmente son tres las ermitas de Palo en las que se sigue celebrando algún tipo de culto o de romería: la de San Pedro y Santa Bárbara, la de Santa Brigida y la de San Agustín (compartida esta última con los vecinos pueblos de Formigales y Morillo de Monclús).

Antiguamente hubo más ermitas con culto. Sabemos que la de San Clemente (San Climén), cuyo edificio de estilo románico ha sido recientemente restaurado, data de mediados del siglo XI y que perdería el culto ya antes del siglo XVIII, pues en las encuestas pastorales de esa época ya no aparece mencionada entre las ermitas de Palo.

Menos conocida es la ermita de San Salvador, que aparece citada en una visita pastoral del obispo de Barbastro, Pedro de Apaolaza, en mayo de 1624 * y que también perdería el culto con el paso del tiempo, puesto que tampoco aparece citada en dichas encuestas pastorales. En su visita, el obispo ordenaba a los jurados de Palo que colocasen una cerraja con llave en la puerta de la ermita, so pena de 50 sueldos:

"Otrosi, haviendo visitado las hermitas que estan en los terminos del dicho lugar, avemos hallado que la de S. Salvador estaba abierta por faltarle cerraja y llave... Por lo qual mandamos a los jurados del dicho lugar que en pena de cinquenta sueldos dentro de dos meses hagan cerraja y llave a la hermita de San Salvador."


La ermita todavía se alza en pie, aunque en un deficiente estado de conservación. Se halla semienterrada en la ladera sur de una loma conocida como San Salvador, sita a 250 metros del Santuario de Bruis en dirección este.


Ermita de San Salvador en Palo
La loma de San Salvador vista desde el santuario de Bruis.


El edificio, de reducidas dimensiones y planta rectangular, es una sencilla construcción de mampostería, orientada al norte, y cubierta por una bóveda de arco rebajado. El tejado era de losas, aunque la mayoría han desaparecido pues éstas se usaban en la confección de trampas para cazar pájaros. Es muy probable que lo queda en la actualidad sean sólo los restos de un edificio de mayor tamaño que se prolongaria hacia el sur. La puerta de entrada a la que hace referencia el obispo se situaría en el lado sur o en uno de los muros laterales.

Entrada a la ermita de San Salvador en Palo
Ermita de San Salvador. Entrada.

En el interior no queda nada que evidencie su antiguo uso religioso excepto la credencia, situada en el lado oeste de la ermita. A su izquierda, una ventana adintelada.

Ermita de San Salvador en Palo
Interior de la ermita en su lado oeste: ventana y credencia.

Hornacina situada en el lado este.
En el lado este encontramos una hornacina adintelada y, sobre ella, un pequeño orificio a modo de mechinal.


Interior de la ermita de San Salvador.
















Ermita de San Salvador en Palo
La cabecera de la ermita se encuentra semienterrada.

 Dado el estado actual y la sencillez de su fábrica, no me atrevería a datar la construcción de la ermita. Es posible que ya existiese en época medieval y que, tras la erección del muy cercano santuario de Bruis en el siglo XVI, se fuera perdiendo en ella de manera paulatina el culto, quedando relegado su uso al de refugio y paridera de ganado.

* Dicho documento se encuentra en los libros parroquiales de Palo depositados en el Archivo Diocesano de Barbastro. La reproducción de dichos libros me fue facilitada por Jesús Cardiel Lalueza, al cual quiero, desde aquí, agradecer su enorme generosidad.